Lo que dicen otros medios

Hoy, atendiendo a una persona que me comentaba sus síntomas he observado que hay algo más de movimiento en la red sobre el tema y copio este artículo publicado en elmundo.es, en el 2007,  en su totalidad.

PATOLOGÍAS DEL OÍDO

Síndrome de Menière: algo más que un vértigo

  • Sudor frío, vértigo, náuseas, mareo o zumbido de oídos son algunos de sus síntomas
Actualizado viernes 19/10/2007 18:53 (CET)
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ÁNGELES LÓPEZ

MADRID.- Muchas personas piensan que es un tumor. Los síntomas del síndrome de Menière aparecen de forma brusca y generan un grado importante de incapacidad. La evolución de esta enfermedad del oído es como el curso del Guadiana, da la cara y luego desaparece hasta que, de forma súbita, los vértigos, los ruidos y la falta de audición vuelven.

El oído interno o laberinto contiene la endolinfa, un fluido que acompaña el movimiento de la cabeza y que hace que los receptores nerviosos del laberinto envíen una señal al cerebro sobre la posición del cuerpo y su orientación. En las personas con síndrome de Menière hay una hiperproducción de este fluido que aumenta la tensión interna y genera una inflamación del laberinto. Esto produce un daño en la función auditiva y en el equilibrio.

Quienes lo padecen dicen que, cuando aparecen las crisis, es insufrible: sudor frío, vértigo, náuseas, vómitos, mareo, fuerte zumbido de oídos y gran malestar. Algunos hablan también de distorsión de las imágenes, de forma similar a las figuras que muestran varios lienzos de Vicent Van Gogh. De hecho, un trabajo publicado hace unos años en la revista ‘Journal of the American Medical Association’ relacionaba esta enfermedad con el célebre pintor.

“La revisión de 796 cartas personales dirigidas a familiares y amigos escritas entre 1884 y su suicidio en 1890 revela un hombre con permanente control de su razón y que sufría graves ataques de vértigo incapacitantes y repetitivos”, aseveraban los autores, investigadores del Instituto Neurológico de Colorado (EEUU).

Tuviera o no Van Gogh esta enfermedad, se estima que cada año unas 100.000 personas desarrollan síndrome de Menière. La razón por la que aumentan los niveles de endolinfa se desconoce, aunque existen diferentes hipótesis: mala circulación sanguínea, malformaciones congénitas del oído interno, debido a la sífilis u otras infecciones, como consecuencia de traumatismos o por el consumo de ciertas sustancias como algunos medicamentos.

Un paciente, una enfermedad

Suele afectar a personas de treinta años o más. La enfermedad, tanto en su inicio como en su evolución, varía mucho de unas personas a otras. En algunos casos comienza con la aparición de acúfenos (ruidos) y una leve pérdida auditiva en sólo un oído. En otros, el paciente no presenta ninguna anomalía hasta que sufre una crisis de vértigo. “Por eso es muy importante que cualquier persona que tenga ruidos acuda al otorrino”, afirma Eduardo Martín Sanz, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Casa Salud de Valencia.

Las crisis tienen una duración e intensidad variable que va de unos 20 minutos a varias horas o días. Durante éstas, el paciente oye constantemente ruidos (algunos lo describen como tener el sonido de una batidora en el interior de la cabeza), tiene náuseas y no puede moverse con normalidad debido a los vértigos.

Tras la crisis, el vértigo desaparece pero la persona sigue estando en una situación muy inestable durante los siguientes días. La frecuencia de estos episodios también varía en cada paciente. Según algunos estudios, con el tiempo las crisis cada vez son más habituales y graves, aunque no todas las investigaciones comparten esta conclusión.

“Su evolución es muy caprichosa, lo que hace difícil valorar la eficacia de los tratamientos. Unos pacientes tienen crisis cada varios meses y otros tardan años en desarrollar otro episodio. A veces no sabemos si esto es por la terapia que le prescribimos o porque en esa persona la enfermedad funciona así”, explica Bartolomé Escola, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Lo primero que los especialistas intentan hacer cuando una persona acude a su consulta con estos síntomas es establecer un diagnóstico. “Ofrecer el nombre de lo que les ocurre y que sea esperable [la crisis], genera a los pacientes menos discapacidad. Muchas personas llegan muy asustadas a la consulta porque piensan que tienen un tumor”, explica Martín Sanz.

Diferentes pruebas como la videonistagmografía (registro de los movimientos de los ojos cuando el paciente está en distintas posiciones) o la medición de la audición y la descripción de los síntomas permiten saber si se trata de este trastorno y qué oído es el afectado.

De la dieta al quirófano

La mayoría de los especialistas recurren a un tratamiento ‘in crescendo’. Primero establecen cambios en la dieta que consisten básicamente en la reducción de la cantidad de sal, aunque también se aconseja reducir o eliminar el café, los frutos secos, el tabaco, etc. Algunos estudios hablan de una cierta eficacia de esta medida. Pero a ella se le suele unir un tratamiento médico, fundamentalmente se administran vasodilatadores y diuréticos para intentar reducir el volumen de líquido en el oído y algunos fármacos para disminuir los vértigos y las náuseas.

“La tasa de éxito es muy variable, aunque podríamos hablar que con esta terapia se controla en torno al 80% de los pacientes”, señala Soledad Boleas, médico del Servicio de Otorrinolaringología de la Clínica Universitaria de Navarra.

Para aquellas personas que no responden a estos medicamentos, existen otras alternativas, en función de cuál sea el grado de la pérdida de audición, el número de crisis y la evolución del paciente se opta por una u otra medida. “El primer paso sería la inyección de corticoides intratimpánicos para bajar la inflamación, y que suelen lograr una mejoría importante al principio, aunque su efecto disminuye con el tiempo”, aclara Martín Sanz.

Si el paciente recae, se recurre a la gentamicina, un antibiótico, que daña el oído interno, el responsable del equilibrio, con lo que el cerebro del paciente no recibe señales incorrectas y remiten los vértigos. El principal problema es que, en ocasiones, lesiona también las células de la audición, por lo que no se recomienda esta terapia si la persona no sufre, debido a esta enfermedad, una pérdida auditiva importante.

Si se tiene alergia a este antibiótico o el fármaco no funciona, se puede recurrir a la cirugía. “Es una solución más radical. Hay dos técnicas: la neurotomía o sección quirúrgica del nervio vestibular y la laberintectomía, o extirpación del laberinto”, comenta Bartolomé Escola.

En la primera se preserva la audición residual, pero la técnica es más agresiva ya que el cirujano debe abrir a nivel de la fosa posterior de la cabeza y, aunque la eficacia es de casi el 100% (consigue eliminar los síntomas del Menière), el riesgo de complicaciones es mayor. En cambio, la laberintectomía es un tratamiento que conlleva menos riesgo, ya que la incisión se hace por detrás de la oreja, pero sólo está indicado en aquellas personas que no tienen audición, ya que al extirpar el laberinto se pierde completamente la audición de ese oído.

Como muy bien observan en ese análisis tan detallado de los distintos tratamienos, la mayoría, por no dicer todos, son muy agresivos con efectos secundarios importantes.  A lo que hay que añadir que la tasa de éxito nunca se acerca al 95% que es la óptima, considerando que siempre queda un margen que se resiste.

Particularmente, muchos médicos están de acuerdo en ser cautos y no operar ya que ambas intervenciones son irreparables por el momento.

11 comentaris

  1. La enfermedad de meniere no es causada por un trastorno del oído, sino es una enfermedad metabólica.
    Un Nuevo paradigma de un antiguo e incapacitante síndrome.

    Mi nombre es Daniel Abumohor Dibán, soy pediatra y nutriólogo y vivo en Viña del Mar, Chile.

    Este artículo se escribe en el mes de abril del 2012.

    Quizás a muchos les sorprenda que un pediatra y nutriólogo se refiera a un tema que, tradicionalmente, han sido resorte de los otorrinolaringólogos, pero baso mis apreciaciones en situaciones personales que creo están más cerca de la verdad que toda la información científica que existe.

    Revisando exhaustivamente en Internet el tema me llama la atención que una patología descrita hace casi 150 años aun sea desconocida.
    Es altamente incapacitante y los diversos tratamientos, incluso la cirugía, no han podido resolver el problema.
    Por otra parte, es una patología que no se da en niños. Entonces ¿porque empieza a aparecer cuando vamos entrando en edad?

    Paso a contar mi experiencia personal.

    Soy insulinorresistente, es decir porto los genes en mi familia de la diabetes mellitus. Mi hermana mayor también, hace muchos años, sufre de insulinorresistencia.

    Precisamente, mi hermana fue tratada por más de 10 años como un síndrome de meniere, no logrando nunca mejoría y a un alto costo económico.

    Hace 2 años le sugerí que fuera estricta con su dieta y dejaron de aparecer las crisis de vértigos y dejó de tomar la medicación permanente que tenía recetada.

    También hace un par de años, fui al laboratorio clínico a hacerme los exámenes periódicos de glicemia e insulinemia, y luego de 30 minutos de tomarme la glucosa, experimenté un mareo brutal que casi me hace caer de la silla en que estaba.
    Pensé que había sido una hipoglicemia (baja del nivel de azúcar en la sangre) que es la explicación clásica que damos los médicos en estos casos.
    Sin embargo, cuando revisé mi glicemia por la tarde, yo no había presentado una baja de azúcar, por lo cual me quedó dando vueltas el asunto. Dejo constancia que yo no sufro de vértigos.

    Hace unos meses atrás, me llamó un amigo que ronda los sesenta, el cual tenia en su poder unos exámenes que lo catalogaban de diabético, información que yo no conocía en ese momento, y que me relata que tras ingerir 3 o 4 copas de nuestra preciada bebida nacional, el pisco sour, le dio una intensa sed, por lo cual se le ofreció jugos de frutas con azúcar experimentando un desmayo.
    Cuando fue asistido por la ambulancia de un servicio de emergencia, constataron que su glicemia rondaba los 160 mg, por lo cual tampoco estaba hipoglicemico como para explicar los síntomas.

    En base a estas situaciones he elaborado una teoría: que el ataque de vértigo se produce por un fenómeno hiperosmolar.

    Me explico: cuando uno tiene dos compartimientos con líquidos en su interior y separados por una membrana en donde el agua puede desplazarse de un lado a otro, esta siempre irá del compartimiento que tiene menos partículas (hipo osmolar) a la que tiene mas partículas (hiper osmolar) de modo que después de un momento se igualará la cantidad de partículas en ambos lados. Esto, quizás, muchos lo hicimos en el colegio con una solución de agua pura y la otra de agua con sal.
    También, la hiper osmolaridad del agua de mar hace que no podamos beberla en caso de deshidratación, puesto que en vez de entrar el agua a los compartimentos internos (sangre y espacios extracelulares) produce el efecto contrario.

    ¿Que pasaría entonces si Ud. consume azúcar, especialmente, una carga importante como son las tortas o pasteles o los cereales infantiles, donde hay mas de un azúcar en su composición?

    El azúcar entraría bruscamente a la sangre produciendo una carga osmolar (exceso de partículas), que haría que se extraiga rápidamente agua de otros compartimentos como el cerebro o la endolinfa y produciéndose el mareo o el vértigo, además de confusión mental y sueño.

    El síntoma clásico de la hiperosmolaridad es lo que experimentó mi amigo: la sed, sin embargo, en vez de tomar agua para diluir esta sobrecarga de partículas tomó jugos de fruta con azúcar, con lo cual aumentó la cantidad de partículas y se produjo el desmayo.

    En diversas estadísticas se plantea que:
    El 41% de los pacientes presentan alteraciones de los lípidos sanguíneos.
    El 56% presentan grados variables de obesidad.
    El 68% presentan tolerancia anormal a glucosa o hiperinsulinismo.

    Todas estas cifras reflejan una alteración básica que las produce cual es la insulinorresistencia.

    Obviamente, las causas de los mareos y/o vértigos pueden tener otras explicaciones, pero un buen examen oto neurológico podrá descartar otras patologías

    Considere seriamente esta posibilidad si:

    • Hay antecedentes de diabetes mellitus en sus familiares cercanos
    • Es usted diabético
    • Es usted insulinorresistente.
    • Está Ud. obeso o presenta sobrepeso
    • Tiene las patologías asociadas a insulinorresistencia como son: Hipertensión arterial, trastornos de lípidos sanguíneos, especialmente hipertrigliceridemia, síndrome de ovario poliquístico.
    • Su dieta es rica en carbohidratos, especialmente, refinados.
    • Se le produce sueño o hambre al poco rato de comer carbohidratos.

    Creo firmemente en base a estas apreciaciones que un porcentaje alto de pacientes tratados como meniere, son insulinorresistentes, y deben ser tratados con dietas basadas en carbohidratos de bajo índice glicémico.
    Si bien este tema por lo desconocido aun plantea muchas interrogantes, lo insto a que si Ud. no ha tenido buenos resultados con las terapias o está profundamente incapacitado, cambie su dieta en forma seria y a conciencia.

    Para más información o sus consultas o comentarios refiero mi correo electrónico: dabumohor@gmail.com

  2. paola Calè

    hola buscando respuesta encontre este blog que me parece super interesante hace un mes me diagnosticaron el SM (tengo mas de año de tener los sintomas) me mandaron acetazolamida y betahistina de 16 miligramos 3 diarias, de atrevida solo me tomo una por que me producen mucho sueño, esta enfermedad me tiene con mucho temor. Soy docente y en estos tres meses los sintomas de la enfermedad han sido constante sobre todo el tinitus y la sensacion de plenitud en el oido que me produce mucho dolor de cabeza , no estoy asistiendo a mi trabajo por que hay dias horribles pero esta situacion no se puede prolongar que puedo esperar? voy a tener mejoria? cuanto me va a demorar esta crisi? que hago para prevenirlas? de verdad que estoy desesperada a veces caigo en depresiòn . me alegro de haber encontrado este blog espero sus comentarios y quien quiera escribirme a este email: gitana0328@hotmail.com gracias

  3. Manuela Guerra

    Yo estoy harta de Médicos todos solo cambian y cambian medicamentos y solo unos dias o 2 meses bien, he tomado Serc, stugeron forte, Trental, notropil, cervilan y otros, ya me receto yo misma. ?que hacer?

    • Nancy

      Hola yo tome apenas serc sentí mejoría pero me trajo ansiedad ponte en contacto conmigo nan_lunaambar@hotmail.com tal vez hablar nos ayude, un fuerte abrazo y a seguir en la lucha.

  4. pablo

    soy pablo tengo meniere desde el 2008 hace tres años que no tengo vertigos si tinituslo mejor es tratar de hacer ejercicios sobre todo que roten la cabeza natacion yoga etc y tomar la betahistina

    • Nancy

      pero durante cuanto tiempo la tomas? todo el tiempo?

  5. Carmen Perez

    Muchas gracias a quien hace posible que estemos informados ,yo hace muchos años tengo este problema de acufenos y vértigos ,al menos al ver esto hay esperanza no estamos solos ,

  6. Tengo ya 3 años con esta con esta enfermedad SM ultimamente a empeorado y ningun doctor me diagnostica un tratamiento el cul me ayude a controlarla que me recomiendan ya que estoy tomando un medicamento que se llama serc hay alguna otra alternativa

  7. padezco la enfermedad con continuos episodios de crisis, deseo saber si esto es una limitante para trabajar

    • betsaez

      Pues sí, lo es. Para unos trabajos más que para otros. Si implica conducir un coche o subir al avión, totalmente contraindicado. Al conducir no sólo nos ponemos en peligro a nosotros mismos sino a los demás. El avión, por el tema de cambio de presiones, te asegura un ataque.
      Si para el traslado al puesto de trabajo hay demasiado transporte de por medio también suele causar problemas. Depende del grado de desarrollo de la enfermedad, es más fácil que se dispare el vértigo, sobre todo si la inestabilidad es muy acusada.

  8. LILIANA TORRES

    Gracias por haber creado este Blog. A partir de él me enteré de las distintas sensaciones que esta enfermedad da a los pacientes. Mi hermana la padece y busco información para ayudarla. Lo importante es poder expresarse y convivir con la enfermedad con una buena calidad de vida. Seguiré atenta al blog. Hace mucho bien a todos.
    saludos Liliana (Argentina)

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